Zonificación de un viñedo de Rioja Alavesa según las propiedades del suelo y su influencia sobre producción y calidad

  1. UNAMUNZAGA GALARZA, OLATZ
Dirigida por:
  1. Asunción Usón Murillo Director/a
  2. Ana Aizpurua Insausti Directora

Universidad de defensa: Universidad de Zaragoza

Fecha de defensa: 01 de diciembre de 2010

Tribunal:
  1. José Antonio Martínez Casasnovas Presidente/a
  2. Ramón J. Reiné Viñales Secretario/a
  3. Octavio Artieda Vocal
  4. Jose M. Moreda Moro Vocal
  5. José Bernardo Royo Díaz Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 300810 DIALNET

Resumen

Uno de los condicionantes del manejo del viñedo dentro de la D.O.Ca Rioja es la existencia de un límite productivo, que hasta el año 2009 ha sido de 6.500 kg ha-1, reduciéndose en un 10%, es decir, a 5.850 kg ha-1 en el año 2010. Esto implica un control del viñedo cada vez más exhaustivo para no superar el límite fijado, ya que lo que se pretende es que exista un equilibrio entre el desarrollo vegetativo y la producción que permita obtener la máxima calidad. Dicho equilibrio está estrechamente relacionado con las condiciones específicas de suelo, clima, prácticas culturales y sistemas de conducción, que a su vez están relacionadas con la variedad, es decir, con el concepto francés 'terroir'. Dentro del Plan de Investigación, Desarrollo e Innovación Tecnológica en el Sector Vitivinícola de Rioja Alavesa (2003-2005), elaborado por el entonces Departamento de Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, se llevó a cabo un análisis exhaustivo de las necesidades e inquietudes del sector vitivinícola de Rioja Alavesa en materia de investigación y desarrollo tecnológico. Como resultado de este estudio, la línea de mejora del conocimiento sobre el cultivo de la vid para la obtención de uva de una mayor calidad se reveló como prioritaria. Por otra parte, la variabilidad de los suelos de viñedo de Rioja Alavesa está recogida en una cartografía 1:50.000, que se realizó según técnicas clásicas de cartografía de suelo, que son adecuadas para estudios a esa escala. Sin embargo, en los últimos años se están empleando también técnicas geoestadísticas como herramientas para el estudio de la variabilidad espacial del suelo. Estas técnicas permiten ligar la variabilidad espacial con la viticultura de precisión, donde lo que se pretende es obtener y utilizar un gran número de datos relacionados con el área de cultivo a una alta resolución. Ello permite una mejor comprensión de la variabilidad del viñedo y, por tanto, un mejor ajuste de los 'inputs' a la producción y calidad deseadas. Los objetivos generales de este trabajo fueron: i) establecer una zonificación de los suelos existentes, así como de sus propiedades, en una parcela de viñedo con una alta variabilidad de partida y estudiar el comportamiento productivo y de calidad de la viña según la zonificación realizada en cada uno de ellos, ii) establecer una serie de criterios que permitan relacionar el comportamiento del viñedo en los suelos de la parcela estudiada, ya que son representativos de amplias superficies de viñedo, con el previsible comportamiento de los viñedos en los tipos de suelos que han sido estudiados y clasificados en la cartografía 1:50.000 llevada a cabo en Rioja Alavesa. Para alcanzar estos objetivos se ha llevado a cabo un estudio en una parcela de ocho hectáreas situada en Oyón. Se diseñaron dos tipos de muestreo: i) un muestreo en malla, a una distancia de 24*14,4 m marcando un total de 198 puntos, ii) un muestreo dirigido, donde se describieron 12 perfiles y 27 sondeos, repartidos por las diferentes zonas de la parcela según topografía, orientación, morfología y una zona de nueva plantación. Se determinó la profundidad de suelo en todos los puntos, perfiles y sondeos. Tanto en las muestras de los puntos georreferenciados en el muestreo en malla como en las procedentes de los diferentes horizontes de los perfiles, se realizaron las siguientes determinaciones: contenido de arena, limo, arcilla y materia orgánica, P Olsen, K disponible y Mg en el complejo de cambio. En uno de los perfiles se determinó también la mineralogía de las arcillas de cada uno de los horizontes. Respecto a los parámetros de vigor y productivos en cada uno de los 198 puntos del muestreo en malla se midió el peso de madera de la poda, la producción unitaria, el número y peso de los racimos, y el peso de la baya en los años 2005, 2006 y 2007. Además, en los años 2006 y 2007 se analizaron los siguientes parámetros de calidad en el mosto: grado probable, ácido málico, acidez total tartárica, pH, concentración de K y antocianos, índice de polifenoles totales e intensidad de color. Los procesos erosivos, que a su vez están determinados por la topografía y por el intenso laboreo, determinaron la distribución espacial de la profundidad del suelo. La distribución espacial y vertical de las fracciones granulométricas estuvo principalmente relacionada con el material parental, aunque también influyeron los procesos erosivos, así como la preparación del terreno. Con el estudio de la variabilidad de las propiedades físicas del suelo se identificaron cuatro tipos de suelo: i) suelo de deposición, con una profundidad superior a 120 cm y una distribución irregular del contenido de materia orgánica en profundidad; ii) suelo de argilita, con una profundidad entre 85-100 cm caracterizado por una capa arcillosa de color rojizo a 50-80 cm de profundidad; iii) suelo de limolita, con una profundidad de suelo entre 50-100 cm y un contenido de arcilla en profundidad de 270-380 g kg-1; iv) suelo de arenisca con una profundidad de suelo de 25-80 cm y alto contenido de arena en profundidad (300 g kg-1). El abonado, la preparación del terreno y los procesos erosivos fueron los principales determinantes de la distribución espacial de la MO y del contenido de P y K en la capa más superficial del suelo, correspondiendo las zonas más abonadas con los valores más altos de estas propiedades. En la zona con una intensa labor de preparación del terreno, la distribución espacial de las propiedades de suelo estudiadas se vio alterada debido a la mezcla de los horizontes del suelo por el desfondado realizado. En las zonas altas de las pendientes donde los aportes de suelo debido a la erosión fueron menores, el efecto del abonado en el caso del P alcanzó los 25-28 cm, coincidiendo prácticamente con la profundidad del laboreo, aunque esta profundidad varió según la posición en la pendiente debido a la erosión. En el caso del K, sin embargo, la profundidad del efecto del abonado alcanzó los 45-58 cm debido a la lixiviación de este nutriente que es mayor que en el caso del P. En el caso de las propiedades relacionadas con el material de partida el muestreo dirigido ha resultado ser más adecuado por la litología heterogénea de la parcela estudiada. Por el contrario, en el caso de las propiedades más relacionadas con el manejo, el muestreo en malla permitió obtener una mejor visión espacial en comparación con el muestreo dirigido. Los suelos con mayor capacidad de retención de agua (deposición y suelo de argilita) fueron los que soportaron las viñas más vigorosas. Asimismo, se pudo constatar que en el año en que las precipitaciones fueron abundantes hasta el periodo de floración, el vigor fue superior respecto al año con menor disponibilidad hídrica hasta dicho periodo. La disponibilidad hídrica también afectó a la producción unitaria y al número de racimos en el suelo de deposición, aunque se observó que después de un año con un exceso productivo y de número de racimos, se producía un descenso considerable de estas variables en el año siguiente. Las mejores condiciones para la obtención de un mayor grado probable se dieron en el año 2007 en que hubo una menor disponibilidad hídrica en el periodo de cuajado a envero y mayor disponibilidad en maduración. Este efecto se reflejó claramente en los diferentes tipos de suelo. El grado probable en el suelo de arenisca no varió entre los años ya que por su baja capacidad de retención de agua (56 mm) no se vio ni tan beneficiado por las mejores condiciones de la disponibilidad hídrica en el año 2007, ni tan desfavorecido por las malas condiciones hídricas en el año 2006 como el resto de suelos. La temperatura en el mes previo a la vendimia fue uno de los factores que más influyó sobre el contenido final de ácido málico en el mosto, debido a que las altas temperaturas favorecieron la combustión y por tanto la pérdida de este ácido. Sobre la temperatura del racimo influyen la temperatura del aire y también el sombreamiento del mismo. Así, en los suelos de deposición, donde el vigor es más alto, el contenido de ácido málico fue aproximadamente 0,24 mg L-1 más alto que en el resto de los suelos y, como consecuencia, la acidez total tartárica también fue mayor en este tipo de suelo. Los parámetros relacionados con el hollejo como los antocianos, índice de polifenoles e intensidad de color, presentaron mayores valores en el suelo de arenisca con una diferencia de hasta cuatro puntos en la intensidad de color. El mayor contenido de Mg en el suelo de argilita no impidió que la concentración de K en el mosto en este tipo de suelo fuera la más alta. Esto probablemente sea debido a que el K que la planta es capaz de absorber es mayor que el K disponible determinado mediante la extracción con acetato amónico. Los resultados obtenidos permiten corroborar que es posible encontrar suelos con propiedades lo suficientemente diversas en una parcela de viñedo como para obtener diferencias reseñables de vigor, producción y calidad de mosto. Además, se constata que la realización de zonificaciones en este tipo de parcelas puede permitir al viticultor realizar un manejo de la parcela más racional y ajustar mejor las necesidades de la viña en cuanto a fertilización. De la misma manera, posibilita llevar a cabo una vendimia seleccionada elaborando lotes de diferentes calidades. A partir de los resultados observados en los tipos de suelo descritos en la parcela Costanillas se ha obtenido información que puede ser aplicada a una amplia gama de suelos de viñedo de Rioja Alavesa. Los criterios determinados en este estudio permitirán establecer, con las necesarias adaptaciones a la especificidad de las parcelas, buenas prácticas de manejo orientadas a alcanzar los objetivos de producción y calidad de numerosas explotaciones vitivinícolas.