Intimate partner violence (IPV) and its impact on children

  1. Izaguirre Choperena, Ainhoa
Dirigida por:
  1. Esther Calvete Zumalde Directora

Universidad de defensa: Universidad de Deusto

Fecha de defensa: 18 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Javier Fernández Montalvo Presidente/a
  2. Izaskun Orue Sola Secretaria
  3. Kjerstin Almqvist Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La violencia contra la mujer es una de las problemáticas de mayor relevancia a nivel mundial debido a las repercusiones que genera. Este fenómeno representa una amenaza importante para la salud y el bienestar de las mujeres en todo el mundo con independencia del origen étnico, la situación económica, la educación, la religión o la profesión. Abarca violencia física, psicológica y sexual y puede generar graves secuelas en las mujeres afectadas. A pesar de la gravedad que esta problemática representa, muchas mujeres permanecen en la relación abusiva debido a un amplio abanico de razones como pueden ser los recursos económicos limitados o el miedo. El embarazo no es un factor de protección ante tal fenómeno. Precisamente, este periodo de tiempo puede llegar a convertirse en un momento crítico para las mujeres víctimas, ya que la violencia puede escalar llegando a ser más frecuente y severa generando así, efectos negativos tanto en la madre como en el feto. Una de las principales preocupaciones en este contexto hace referencia al impacto de la violencia en las habilidades maternales de las propias mujeres, ya que la situación de estrés y miedo a la que las mujeres hacen frente, muchas veces, dificulta el desarrollo de habilidades maternales apropiadas. Las mujeres no son las únicas víctimas de la violencia, ya que sus hijos/as también pueden llegar a serlo. Más concretamente, los/as hijos/as pueden sufrir victimización indirecta, cuando son testigos de la violencia que es ejercida hacia sus madres; y/o victimización directa, cuando ellos mismos se convierten en receptores de la violencia. Ambas tipologías pueden ser un factor de riesgo en el desarrollo de los/as niños/as, ya que éstos/as pueden experimentar significativos daños cognitivos, conductuales, emocionales, físicos, psicológicos y sociales. Una de las repercusiones que mayor notoriedad ha alcanzado hace referencia a la violencia filioparental, entendida como la reproducción de pautas de comportamiento agresivas ya que, en algunas ocasiones, dichas conductas se reproducen hacia las parejas sentimentales de los/as hijos/as o hacia las progenitoras de los/as niños/as. No obstante, es necesario recalcar que no todos/as los/as hijos/as que sufren victimización directa o indirecta desarrollan conductas negativas. En determinadas circunstancias, estos/as niños/as son capaces de sobrellevar sus experiencias y continuar con sus vidas. Aunque son diversos los factores que contribuyen al desarrollo de respuestas resilientes, se ha demostrado que proporcionar un lugar seguro a los/as niños/as en el que puedan hablar sobre sus experiencias de la violencia, es una manera de ayudarles a entender la violencia ocurrida. Al mismo tiempo, puede prevenir el desarrollo de consecuencias negativas. MÉTODO: Se ha utilizado una metodología mixta que combina el método cualitativo y el cuantitativo. Se han llevado a cabo entrevistas semi-estructuras con 35 mujeres víctimas de violencia con el objetivo de entender la percepción de éstas sobre la victimización de sus hijos/as. Además, una muestra de 845 adolescentes (13-18 años) ha completado un cuestionario en dos tiempos diferentes (Tiempo 1: Abril y Mayo de 2014; Tiempo 2: Octubre y Noviembre de 2014) con el fin último de conocer el efecto que la violencia contra la mujer genera en los/as hijos/as. Finalmente, 31 niños/as del estudio Sueco SICVAM (Swedish Interventions for Children who have Witnessed Violence Against their Mother) fueron entrevistados para conocer su perspectiva sobre cómo vivieron la violencia hacia sus madres, sus experiencias de hablar sobre ello y la importancia de con quién hablaron. RESULTADOS: Los resultados obtenidos en los diferentes estudios muestran que las mujeres embarazadas no son inmunes a la violencia y que además, pueden sufrir diversas consecuencias negativas como el empobrecimiento de sus habilidades maternales ya que un elevado porcentaje de mujeres afirmaron que la violencia había influido en sus habilidades negativamente. Además, el período postnatal parece crítico para la seguridad de las víctimas ya que la violencia a menudo aumenta después del parto. En muchas ocasiones, los/as hijos/as de las mujeres víctimas de violencia han sufrido victimización directa y, prácticamente todos/as ellos/as, han sido testigos de los episodios de violencia en el hogar. De hecho, como consecuencia de esta doble victimización, las madres destacan que sus hijos/as han desarrollado dificultades a nivel psicológico, social y académico. Aunque en menor medida, es de destacar el aprendizaje de conductas agresivas por parte de los/as hijos/as ya que en algunas situaciones estas conductas han ido dirigidas hacia sus hermanos/as y hacia las madres, dificultando así, el proceso de recuperación de éstas. Esta reproducción de conductas agresivas tiende a darse de mayor manera durante los años de adolescencia. Así, los resultados obtenidos en los cuestionarios completados por los/as adolescentes indican que la victimización directa e indirecta en el hogar actúa como antecedente de la violencia en el noviazgo y de la violencia filioparental. Más concretamente, puede decirse que aquellos/as adolescentes que tienden a comportarse de manera agresiva con sus parejas sentimentales, a menudo se comportan de manera agresiva con sus progenitores. Dar la oportunidad de hablar y expresarse sobre las experiencias de violencia vividas puede marcar una diferencia en el bienestar de los/as niños/as. Mientras que para más de la mitad de los/as niños/as entrevistados hablar sobre la violencia vivida supuso una sensación de alivio, para el resto de niños, esta técnica no supuso una mejoría en su bienestar, ya que floreció recuerdos y emociones negativas en ellos/as.