Análisis longitudinal y correlacional de la psicopatología post-ictus e impacto en la funcionalidad
- Mimentza, Naiara
- José Ignacio Quemada Ubis Zuzendaria
- Nuria Ortiz Marqués Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidad de Deusto
Fecha de defensa: 2019(e)ko martxoa-(a)k 22
- Enrique Echeburúa Odriozola Presidentea
Mota: Tesia
Laburpena
Análisis longitudinal y correlacional de la psicopatología post-ictus e impacto en la funcionalidad El ictus se ha convertido en un reto sociosanitario. En base a las proyecciones de evolución sociodemográficas es probable que la incidencia y la prevalencia continúen en aumento. Las alteraciones secundarias al ictus son diversas. En la práctica clínica está instaurada la intervención logopédica o de fisioterapia, sin embargo, y a pesar del alto impacto que generan en el paciente y en sus familiares, la valoración e intervención de la psicopatología tras un ictus continúa siendo un ámbito desconocido. El presente estudio nace del interés en conocer con mayor detalle la depresión, la ansiedad, la irritabilidad, la agresividad y la apatía, que presentan las personas que han sufrido un ictus a lo largo del primer años después del ictus, concretamente a los 3, 6 y 12 meses después del ictus. De forma específica, los objetivos se han centrado en describir la prevalencia de dichas alteraciones, determinar si existen diferencias en el estado psicopatológico de las personas con ictus y los sujetos control, analizar qué relaciones existen entre las alteraciones psicopatológicas analizadas y determinar si existe relación entre las alteraciones psicopatológicas y la funcionalidad, así como la evolución de las alteraciones psicopatológicas durante el primer año después del ictus. Para ello se ha desarrollado un estudio que sigue un método observacional de tipo analítico, en el que participan dos grupos (grupo de estudio: personas con ictus: n=47; grupo control: personas sanas: n=47) valorados mediante diversas escalas en tres momentos diferentes (3, 6 y 12 meses después del ictus). Los resultados obtenidos indican una alta prevalencia de depresión, ansiedad y apatía y una baja prevalencia de agresividad. Destacan las correlaciones obtenidas entre depresión, ansiedad e irritabilidad, las pocas correlaciones que la apatía ha mostrado con el resto de alteraciones psicopatológicas y la fuerte correlación que la apatía presenta con la funcionalidad de las personas que han sufrido un ictus. Además, cabe señalar que la apatía ha sido la única que ha descendido de forma estadísticamente significativa a lo largo del primer año después del ictus.