Limitar lo trágico. Identidad, civilización y postmodernidad en Eugenio Trías
- Caro Rey, Jonatan
- Patxi Lanceros Méndez Director
Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia
Fecha de defensa: 21 de octubre de 2015
- Diego Sánchez Meca Presidente/a
- Luis Garagalza Arrizabalaga Secretario
- Manuel Barrios Casares Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Interpretamos el pensamiento de Eugenio Trías como una filosofía de la identidad en la que la condición humana va siendo recreada a tenor de las sombras fundamentales que la asedian en los diferentes momentos de su historia (la de Trías), dando lugar a tres variaciones de la identidad: 1) Desde La filosofía y su sombra hasta La dispersión Trías elaboraría su primera propuesta: el sujeto mágico (definido por una concepción carnavalesca de la identidad y una concepción dispersiva del pensamiento) como alternativa al subjetivismo antimetafísico y fetichista de las corrientes intelectuales dominantes. 2) Desde Drama e identidad hasta Filosofía del futuro se elaboraría la propuesta del sujeto pasional, como alternativa a las cuatro enfermedades (parálisis, tedio, soledad y locura) que se perciben al revisar el sujeto mágico desde el Tiempo-Muerte, en tanto que la relación entre la subjetividad pasional y la objetividad singular implica una conjunción orgánica tanto de la esencia inagotable (que evita el tedio) como de la facticidad cívica (que evita la parálisis, la soledad y la locura). 3) El sujeto fronterizo supone la redefinición de la condición humana desde la concepción positiva del límite como transparencia, revelándose como la alternativa triasiana a las derivas de la postmodernidad, entendida en el contexto de la filosofía del límite como modernidad siniestra, es decir, como revelación pretendidamente total de la verdad moderna, cifrada en un escepticismo radical y nihilista que aboca a la subjetividad a la indiferencia voluntarista o al reactivo sometimiento absolutista. El fronterizo supera la apatía característica de la postmodernidad desde la erótica del vértigo; su lógica diabólica (unilateralmente disyuntiva) a través de la redefinición simbólica de la racionalidad como espíritu; y su relativismo ético-político (con su reactivo correlato totalitarista) desde una praxis poética cifrada en la capacidad de recreación personal y colectiva.