Programas electorales y calidad de la democracia en América y Europa (1980-2015)
- Ramírez Franco, Luz Dary
- José Ignacio Sánchez Macías Director/a
- Cristina Ares Castro-Conde Codirector/a
Universidad de defensa: Universidad de Salamanca
Fecha de defensa: 10 de junio de 2019
- Antonio Bustos Gisbert Presidente/a
- Fátima García Díez Secretario/a
- Braulio Gómez Fortes Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Esta tesis doctoral se presenta bajo la modalidad de compendio de artículos, tres en total. En conjunto, los artículos defienden la tesis de que los planes electorales, dado su vínculo con los partidos políticos, son relevantes no solo para testar la teoría de la competición electoral, de la representación y el posicionamiento de los partidos políticos en el espectro izquierda-derecha, sino que además son elementos clave para la evaluación de la calidad de la democracia. Así, en el primer artículo, titulado “Un análisis de política comparada: Planes de gobierno y posicionamiento de partidos políticos. El caso de Alemania, España, EE.UU., Francia, México, R.U. y Suecia. 1980-2015”, se realiza un análisis empírico de las políticas propuestas en los planes electorales presentados por los gobernantes de estas economías para los 35 años de estudio. El artículo también presenta un análisis del posicionamiento en el espectro izquierda-derecha de los partidos políticos, a través del índice RILE (Right-Left). Ambos análisis se desarrollan bajo la metodología del Manifesto Research on Political Representation (MARPOR), base de datos que arroja información sobre democracia relacionando la competición partidista y el papel del gobierno en la elaboración de política pública, permitiendo con ello la evaluación de la relación entre partidos políticos y las demandas de los/las electores/as, todo ello reflejado en nuestra unidad de análisis, los planes electorales. Con el MARPOR se genera una matriz de información de política pública a la que también se le agrega la fila del índice RILE, que, como ya se mencionó, permite evaluar el posicionamiento de los partidos políticos. Los resultados muestran que las siete economías difieren en la priorización de las preferencias políticas, es decir, a pesar de que los países se rigen por el mismo modelo económico, neoliberalismo, todos registran/aplican políticas diferentes, quizás más acordes con sus necesidades e intereses que con las premisas del modelo, en muchos casos dejando de lado las promesas de los planes electorales. En cuanto al posicionamiento de los partidos, el documento comprobó que en sus plataformas políticas se ubican en el eje izquierda o derecha de acuerdo a su ideología, pero el índice RILE los ubica en algunos planes electorales en dirección contraria o cerca del centro, esto, posiblemente, además de explicar parte de la crisis de los partidos puede reflejar que estos adecuan sus planes electorales a las coyunturas de la economía, con el fin último de mantener el electorado. El artículo dos, titulado “Programas electorales: teoría y relevancia en la contienda electoral”, se propuso demostrar la relevancia de los programas electorales como unidad de análisis. Para ello, reseña la teoría de la representación, la teoría de los partidos políticos y presenta el Comparative Manifesto Project como ejemplos de análisis teórico y empírico que sustentan la validez de los planes electorales. De este documento se abstraen dos grandes conclusiones. Primero, se evidencia la necesidad de institucionalizar una evaluación ex-ante y ex-post de los programas electorales, con el objetivo de contrastar su pertinencia y sus resultados. Segundo, a partir de la definición de estos como documentos que certifican una relación política entre partidos y votantes, y dado el reconocimiento jurídico de los procesos electorales, espacios que dan vida a dichos programas, se debe buscar un mecanismo que les otorgue el mismo reconocimiento. El artículo tres, titulado “Programas electorales y democracia representativa”, se concentra en defender la tesis de que los planes electorales, a través de su vínculo con los partidos políticos, contribuyen a la calidad de la democracia. De igual modo que en el artículo dos, este documento considera que los planes electorales son entendidos como un vínculo de comunicación entre los partidos y los votantes, y que, por tanto, si los primeros son reconocidos en las constituciones como estamentos básicos para la democracia, en la cual juegan un papel clave en representación de su electorado, otorgado este por el régimen de la democracia representativa, los programas electorales deben recibir el mismo reconocimiento, puesto que contienen la información que ofrece respuestas a los requerimientos de los/las ciudadanos/as para que sus representantes expliquen sus acciones/ decisiones políticas. De este modo, este documento afirma que los programas electorales se vinculan al análisis del rendimiento de la democracia como variable explicativa de las dimensiones que abarcan rendición de cuentas (accountability) y capacidad de respuesta (responsiveness) como características básicas de la democracia representativa. Este análisis, y, por tanto, estas conclusiones, se obtienen de la revisión teórica de todos los conceptos que de manera hilada se han ido definiendo a través de la construcción de las teorías presentadas en el artículo dos.